¿Cuánto debería cobrar por mis servicios? Esta es una de las decisiones más complicadas -y determinantes- que un freelance tiene que tomar. Si adoptas una mala decisión, puedes acabar pagándolo durante bastante tiempo, ya que luego no resulta tan sencillo convencer al cliente de los “reajustes en las tarifas”. Incluso es posible que esa decisión acabe afectando a la viabilidad de tu negocio. Hoy te vamos a dar unas claves básicas para que no falles.
Evidentemente, no existe una tarifa que valga para todas las situaciones y para todos los campos de actividad. Pero sí que hay, en cambio, algunos principios generales que pueden ayudarte a decidir tu tarifa. El otro día hablábamos del método rápido-bueno-barato para poner precio a tu trabajo, hoy nos basamos en un artículo de FreelanceFolder que propone 3 factores clave que debes valorar:
- Lo que necesitas
- Lo que cobra la competencia
- Lo que el mercado está dispuesto a pagar
Lo que necesitas
Tus tarifas tienen que adecuarse a tus necesidades. Pero no sólo tienes que tener en cuenta lo que necesitas para vivir. También debes considerar los posibles gastos futuros relacionados con los proyectos de tu negocio. Por ejemplo:
- Acciones de marketing
- Equipamiento de oficina
- Gasto en software
- Almacenamiento de la información
- Formación
- Seguro de salud
- Un fondo de emergencia, por si tienes algún problema o enfermedad que te impida trabajar durante un tiempo
Muchos profesionales, sobre todo los que empiezan, no tienen en cuenta estos gastos a la hora de elaborar sus tarifas y, conforme pasa el tiempo, pueden ver limitadas las posibilidades de consolidación y crecimiento de su negocio.
Lo que cobra la competencia
Los precios que la competencia está cobrando por productos o servicios similares a los tuyos es otro de los factores clave para determinar tu tarifa.
Para conocer los precios de la competencia puedes consultar los informes publicados periódicamente por las diversas asociaciones de profesionales.
También puedes tomar como referencia lo que cobran los profesionales de tu misma actividad que trabajan a sueldo dentro de la estructura de una empresa. Eso sí, calcula que en su sueldo van incluidas cotizaciones a la seguridad social, desempleo, etc. En tus tarifas deberías compensar todos esos aspectos.
Por supuesto, puedes preguntar a la gente que conoces, y siempre tienes la posibilidad de echar directamente un vistazo en los sitios web de la competencia para ver cuáles son sus tarifas.
Quédate en el medio. Una buena estrategia es la de fijar tu tarifa más o menos en la media de la competencia. Seguramente no te interesa tener los servicios más caros, pero tampoco los más baratos.
Lo que el mercado está dispuesto a pagar
Las actividades de los profesionales independientes son muy sensibles al principio de la oferta y la demanda. Si hay muchos freelancers ofreciendo el mismo servicio y no existe suficiente demanda, las tarifas tienden a bajar. Al contrario, si un servicio está especialmente demandado y hay pocos profesionales capaces de ofrecerlo, las tarifas suben.
Lo normal es que tengas que revisar y reajustar tus tarifas cada cierto tiempo para adecuarte a la situación y las exigencias actuales del mercado. Puede que, con el tiempo, acabes detectando algunas tendencias que se repiten, y a las que puedes sacarles partido ajustando tu modelo de negocio.
Si tu campo de actividad está saturado de competencia, y ahí mucha más oferta de freelancers que demanda de servicios, puedes considerar la posibilidad de revisar los servicios que ofreces, para ajustarlos a las demandas específicas. Pregúntate si hay algún servicio, aunque solo sea ligeramente diferente, que tú puedas ofrecer y que los otros profesionales no son capaces de proporcionar. Es mejor navegar por océanos azules que en mares rojos.
Puedes leer el artículo How To Set Your Freelance Rates, publicado por Laura Spencer en FreelanceFolder.
Foto: cuenta de un restaurante japonés, cortesía de 11870.com